Los niños pueden faltar al colegio por diversas razones,
generalmente admitidas y consentidas por sus padres.
El motivo más frecuente de las ausencias escolares es por
enfermedad del propio niño o algún acontecimiento sobrevenido en el medio
familiar. Sin embargo muchos niños se niegan a ir al colegio por razones psicológicas,
que la mayor parte de las veces se escapan al entendimiento paterno, lo que
ocasiona una grave perturbación en el ambiente familiar.
La fobia escolar hace referencia a una grave dificultad para
asistir al colegio de forma regular, que se asocia a un intenso malestar
emocional.
Las reacciones emocionales más frecuentes incluyen el
llanto, la ansiedad excesiva ante la posibilidad de ir al colegio, explosiones
de cólera, que pueden ir acompañadas de conductas agresivas cuando se fuerza al
niño a entrar al colegio.
Pensemos en un niño de infantil o primaria que se niega
todas las mañana a asistir al colegio y presenta cuadros de llanto y cólera.
Sus padres están desconcertados porque no saben qué hacer y el niño es
despistado, muy simpático y tiene un CI (coeficiente intelectual) normal, por
lo que no ven nada raro para la negativa de no asistir al colegio.
¿Qué podemos hacer ante este caso?
En primer lugar, debemos de hablar con nuestro niño acerca
de su actitud e intentar ayudarle siguiendo una serie de pautas que son las
siguientes:
Durante el camino de ida al colegio intentaremos animar y
apoyar a nuestro niño con el fin de ayudarle a reducir la ansiedad
anticipatoria hablando con el de situaciones agradables o jugando a decir “palabras
que empiecen por una determinada letra” Ambas estrategias va destinadas a
inhibir la ansiedad durante la exposición al colegio.
Si nuestro niño se niega rotundamente a ir al colegio,
utilizaremos una magnifica estrategia que da muy buenos resultados. En el
tiempo que nuestro niño este en casa en horario escolar no debemos de dejarle que
vea la televisión ni que juegue con nada, aunque si le podemos dejar que se
distraiga haciendo alguna actividad escolar que le guste hacer (dibujar, hacer
cuentas o leer). Debemos de ignorar las peticiones de no ir al colegio y alabar
los comentarios positivos.
Para que nuestro niño
se sienta más comprometido con el
cambio elaboraremos un contrato
conductual con el que nuestro hijo se
compromete a llevar a cabo el plan acordado.
Es aconsejable que acompañemos a nuestro niño al colegio y
transmitirle, que a la salida estaremos esperándolo. Por cada vez que se exponga
a la situación temida le diremos que tendrá una recompensa “NO MATERIAL” por
ser tan valiente y por su esfuerzo.
Otra técnica muy
recomendada es el modelado y el reforzamiento vicario positivo. Se le prestara atención
al hermano pequeño o mayor preguntándole por el colegio, mirar juntos sus
libros, cuadernos, tareas y recompensándole verbalmente por lo bien que hace la
tarea y dibujos. Después de 25 minutos más o menos, observaremos como nuestro pequeño quiere jugar, entonces debemos
decirle y recordarle nuestro contrato conductual en el que acordamos que si esta en casa en
horario escolar no se podía jugar con juguetes y que debe de sacar material
escolar. La respuesta de nuestro hijo será ir en busca de otro juguete y montar
en cólera, a lo que debemos de responder con la misma actitud que
anteriormente.
Al cabo de un rato
veremos cómo cambia de actitud y para llamar nuestra atención nos enseña
material escolar y dibujos suyos realizados en clase
Debemos de prestarle atención y alabar todo lo que
hace y cualquier manifestación verbal positiva relacionada con el colegio (reforzamiento
diferencial).
Con paciencia y siguiendo estas sencillas pautas
conseguiremos ayudar a nuestro hijo a superar su fobia escolar.
Recordamos que si queréis más información, contactad conmigo
a martamartinezgavidia9@gmail.com
explicando vuestro caso concreto y os daremos pautas a seguir en casa y en el
colegio. Los pdf que realizamos son gratuitos.
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